La empresa valenciana Morera, dedicada a la fabricación de fitosanitarios y agronutrientes, tiene el firme propósito de mantenerse en el mercado, gracias a la exportación y a la diversificación. En este sentido, su plan estratégico marcaba alcanzar el 60 % de su facturación en los mercados exteriores durante el año que hemos cerrado. Y aunque no ha sido así, Alberto Morera, su director general, mantiene esa línea de trabajo.
Según el propio Morera “en este momento exportamos el 25 % de nuestra facturación, así que vamos por el buen camino en la consecución de nuestro objetivo”.
Para alcanzar esta meta, la compañía tiene previsto abrir sendas filiales en Sudáfrica y Chile que se sumarán a las que ya operan en Marruecos y Ecuador.
Los países a los que esta empresa, fundada en 1965 por el abuelo del actual gerente, distribuye sus productos están ubicados en toda la cuenca sur mediterránea y en Sudamérica, países árabes, sudeste de Asia, además de Portugal e Italia. Alberto Morera reconoce que “los productos españoles fitosanitarios tienen muy buena acogida entre los productores agrícolas americanos, y entre los del norte de África”. “Esto es así –continúa- porque en España hay muchas empresas de fitosanitarios que han generado una gran competencia, pero también una investigación y mejora continua entre las empresas para diferenciarse entre ellas. De este modo, como somos muchas, tenemos que ofrecer productos diferenciados y bien testados, que responden a las necesidades de los agricultores en cualquier lugar”.
Junto a los países africanos, árabes y sudamericanos, en este momento, el mercado de fitosanitarios que está creciendo es el de los países del este de Europa. Así Morera ha comenzado a trabajar recientemente con Rumanía, Polonia, Estonia, Lituania, y también con China. En este país, Alberto Morera reconoce, el trabajo es más lento y “estamos con un proyecto a tres años”. También han comenzado a trabajar con Corea del Sur “un país muy tecnificado y que sirve de centro de distribución para Japón, Filipinas, Vietnam y todo el Pacífico”.
Morera considera que la situación actual determina la necesidad de buscar nuevos mercados. Sin embargo reconoce que “todavía queda hueco en España. En realidad, la competencia agrícola de otros países como el norte de África es muy dura para los productos generales, como los tomates. Sin embargo, en mi opinión –considera Morera- hay espacio para productos de alto valor añadido y bien diferenciados como vinos, o aceites de calidad y con buen marketing. Hay que aprender de los italianos”
Productos de origen natural:
Además de la búsqueda de nuevos mercados, Morera ha comenzado una línea de diversificación en torno a productos de origen natural, tanto extractos vegetales como microorganismos útiles para los cultivos. Se trata de una línea que permite el desarrollo íntegro de las plantas en su entorno y que tiene muy buena acogida entre los productores de agricultura ecológica.
Acerca de Morera:
Morera es una empresa de capital netamente valenciano, fundada en 1965. El fundador de la compañía fue José Morera, abuelo del actual director general. En este momento, la compañía cuenta con una planta de producción en la localidad de Chiva y unas oficinas en Valencia. En total, trabajan 17 personas y el grupo –Morera España y las dos filiales en Marruecos y Ecuador- tiene una facturación en torno a los 3, 5 millones de euros.
Entre todos sus productos, destaca Talosint, un fungicida de amplio espectro, desarrollado íntegramente por su departamento de I+D+ i. Morera cuenta con su propio departamento de investigación en el que trabajan cinco personas.
El actual director gerente cuenta con orgullo que su abuelo se licenció en Ciencias Químicas en 1920, cuando solo hubo tres alumnos en su promoción: “no hicieron orla porque había más profesores que titulados”. También, el abuelo José Morera fue Secretario de la Universitat de València hasta que estalló la Guerra Civil y abandonó su puesto.
Apuesta por Quimacova:
Alberto Morera es el secretario General de Quimacova, entidad que este año cumple su décimo aniversario, por lo que su implicación en la asociación es total. Aunque no es miembro fundador, su filiación a la entidad también se remonta a 2003, momento de la creación de la asociación.
Alberto Morera, químico de formación, asegura que la entidad es fundamental para una empresa del sector, sea cual sea su propio subsector. “En Quimacova encontramos asistencia técnica, legislación sobre la industria química, jornadas de formación, …” Para Morera, cualquier empresa del sector necesita estar conectada con Quimacova “por la cantidad de problemas y burocracia que le puede solucionar”.
Morera también destaca un valor fundamental en este momento: “Somos en torno a 120 empresas asociadas, por lo que somos autosuficientes y en este momento es un valor y una seguridad de continuidad”.
Morera reconoce la dificultad de ofrecer siempre jornadas y propuestas que satisfagan a todos, por la diversidad de subsectores que encontramos en la entidad. “Sin embargo por la vocación de servicio buscamos siempre fórmulas que nos permitan ofrecer lo que los asociados necesitan en cada momento”.