Isocron-MC está experimentando un profundo cambio. La empresa, fundada por el abuelo del actual director general, es actualmente una compañía con unos potentes socios alemanes –MC Bauchemie- que le han conferido una dimensión internacional y una solidez financiera. Pero al mismo tiempo, Isocron-MC está experimentando un cambio estratégico cuyos resultados económicos están corroborando la oportunidad de dicho cambio. La nueva división de tecnologías de protección (PT, en sus siglas en inglés), implantada en España hace 3 años, pero con una experiencia de 50 años en Europa, ya supone una facturación de más del 50% de la empresa.
El origen de la compañía se encuentra en la producción de aditivos para hormigón que les permitía acometer obras de gran envergadura y gran complejidad técnica. Desde centrales nucleares, presas, túneles, depuradoras de aguas y obra civil en general.
Los diversos cambios en las políticas de obra pública y la situación actual de paralización de este sector, han provocado en Isocron-MC un cambio estratégico hacia la división industrial. Se trata de una división que se encarga de “reparar y proteger instalaciones industriales cuyas superficies o elementos requieren tratamientos específicos y, además sin dejar de producir”, explica Carlos Safránez, director general de Isocron-MC. “Por ejemplo, si una empresa química presenta daños en sus colectores de aguas industriales, estos pueden ser reparados con tecnología sin zanja mediante el uso de robots que inspeccionan y reparan utilizando productos especiales con un mínimo impacto y sin obras. Otro ejemplo posible sería una cámara de congelación con daños en el hormigón que debe ser reparada y no podemos vaciarla, descongelar y luego reparar, porque puede suponer una pérdida de hasta 1 millón de euros para el almacén. Así que hemos desarrollado una resina sin olores que permite ser aplicada en el hormigón sin peligro para los alimentos, y que se pueda aplicar a 28 grados bajo cero”
Según el responsable del área, Pedro Hernández “nosotros nos encargamos de inventar y aportar soluciones para la industria de la energía, la alimentación y la química, principalmente”.
En estos sectores, las instalaciones industriales deben de ser especialmente protegidas. “Si una industria química trabaja con productos volátiles, se deben evitar las descargas electroestáticas de forma que no se produzcan chispas, porque eso podría provocar una explosión, así que debemos recubrir todo el suelo con un sistema conductivo”. Estas precauciones son válidas para industrias como la pirotécnica, fertilizantes, disolventes, farmacéuticas, etc.
Carlos Safránez insiste en que también es importante que las instalaciones de empresas de sectores como la alimentación cuenten con pavimentos y recubrimientos especiales. “Por ejemplo, una empresa cárnica, cuenta con salas que se someten a muchas agresiones, matadero de animales, despiece de piezas, salas blancas donde el ambiente debe ser como en un quirófano… todos esos requerimientos encuentran solución en nuestros productos”.
Para que sus productos cuenten con la seguridad absoluta de que cumplen las expectativas técnicas de sus clientes, Isocron-MC cuenta con un departamento de formación para instaladores. Carlos Safránez reconoce que “nuestros productos son de los mejores del mercado, pero si no se aplican de la manera adecuada, no cumplen su función, y por tanto perdemos la confianza del mercado”. De ahí el interés de la compañía porque los aplicadores con los que trabajan sepan perfectamente cómo se aplica cada producto.
Para ofrecer estos cursos, Isocron-MC cuenta con sus propias instalaciones en Senyera, donde también dispone de almacén de productos, laboratorio y producción.
Apuesta por Quimacova:
Carlos Safránez reconoce que en los 10 años que forma parte de la entidad no ha hecho un uso de los servicios de Quimacova de manera habitual. “Nosotros somos socios fundadores, estamos integrados en Quimacova desde hace 10 años, fecha en la que se fundó”. “En ese tiempo, mi padre –continúa Safránez- vio una necesidad y una oportunidad de sumarse a la única entidad que representaba los intereses de empresas químicas en la Comunitat Valenciana”. Sin embargo, Carlos Safránez reconoce que “el día a día de la empresa, y su continuo crecimiento ha provocado que no hayamos participado plenamente en sus actividades”. “El momento actual, en el que todas las empresas necesitamos mayores redes de contactos, vuelve a hacerla necesaria”. “Y mi equipo entiende que servicios como el de prensa, o jornadas variadas son herramientas que debemos utilizar y hacer servir” .