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Artículo de opinión - MANUEL GARCÍA PORTILLO, VICEPRESIDENTE DE QUIMACOVA

Artículo de opinión - MANUEL GARCÍA PORTILLO, VICEPRESIDENTE DE QUIMACOVA
Artículo de opinión de nuestro vicepresidente, Manuel García Portillo, "La Comisión Europea presentó en Bruselas el Pacto por una Industria Limpia “Clean industrial Deal” o CID en abreviado el 26 de febrero de 2025"

El CID recoge la orientación planteada hace tan solo un año en la declaración de Amberes y suscrita por más de 1.300 representantes y firmantes de 25 sectores.

 

Son los líderes empresariales los que han hecho un llamamiento a los jefes de estado y a la presidenta de la comisión para implementar medidas concretas para proteger la producción sostenible en Europa, impulsando la competitividad industrial a través de reducir los costes energéticos incentivando la implantación y operaciones con tecnologías más limpias.

 

La descarbonización industrial se sitúa en el centro de la ecuación y para ello es necesario abordar de lleno la economía circular unido a un marco de ayudas estatales del CID para agilizar permisos, fomentar la sostenibilidad y atraer inversores.

 

También se pone mucho interés en el hidrogeno para disminuir las importaciones de las energías fósiles para una descarbonización real. Las infraestructuras energéticas entre los distintos polos industriales será clave para la importación, producción, distribución y almacenamiento energético renovable y materias primas de bajo carbono.

 

Realmente lo que más se repite es que hay que aterrizarlo con ejemplos prácticos, dado que son una suma de muchas cosas que todas juntas podrían hacer que el CID se convierta en una herramienta para la industria intensiva energética europea, siendo la descarbonización la forma aparentemente mejor para reducir los costes energéticos garantizando una seguridad energética propia en un contexto internacional más inestable y que a la vez proporcionaría nuevos empleos.

 

En el centro del pacto “por una industria limpia” está el encontrar un mix de fuentes energéticas más limpias y a la vez más nuestras, más europeas, con menor dependencia del gas ruso o el petróleo (energías fósiles) proveniente de Medio Oriente.

 

La excesiva regulación legislativa y muy proteccionista influenciada por los lobis ecologistas han hecho que las decisiones internas de la Unión Europea no acaben de encontrar ese mix energético al creer que se podría ser soberanos sin la energía nuclear que posiblemente sea la más limpia de todas ellas y que parece ser que cerrar las que hay haya que volver a repensar en abrirlas ya que no podemos llenar Europa y sus tierras de eólicas y fotovoltaicas.

 

Encontrar en la innovación y la tecnología nuevas fuentes de energía como el Hidrógeno o acumular la energía será muy necesario para el futuro de una industria limpia y descarbonizada.

 

Sinceramente, creo que hemos aprendido a globalizarnos y seguirá ahí para siempre el libre comercio, la OCM, creada desde los estados de aquellos momentos, pero si queremos volver a una soberanía real hay que iniciar una desglobalización y construirla o tejerla más desde abajo para arriba, desde las regiones, pensando más en las personas y nuestros ecosistemas, porque la soberanía alimentaria, energética, del agua y hasta del aire que respiramos, esenciales para la vida, nace más en los territorios rurales medio abandonados y maltratados, donde ahora se necesitan una vez más para encontrar nuevos elementos o elementos escasos, las llamadas tierras raras.

 

Si Europa quiere una industria limpia tendrá que creer más en los científicos y en sus empresarios y empleados que son sus usuarios, más que en el modelo de partidos políticos, que solo miran su supervivencia y la presión de ciertos lobis de presión política, si no son capaces de ver que lo que hace falta son verdaderas políticas de Estado con visión de medio y largo plazo, pero para eso hacen falta nuevos liderazgos.

 

NOTA: Este artículo se ha escrito antes de la declaración de la guerra de aranceles del presidente de EEUU y por lo tanto considero, que lo aquí escrito, puede que ya no sea válido pues la alteración del comercio internacional va a influir y mucho en la producción, la logística y resto de los factores que inciden en el uso final de cualquier producto por parte de los consumidores. Por lo tanto, hasta que no se puedan evaluar los resultados del incremento de los aranceles cualquier propuesta debe de quedar en suspenso ya que la nueva situación puede cambiar las circunstancias, parámetros y hechos de los que se ha partido, para alcanzar estas propuestas.