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Artículo de opinión - JAIME AGRAMUNT FONT DE MORA, VOCAL DE QUIMACOVA

Artículo de opinión - JAIME AGRAMUNT FONT DE MORA, VOCAL DE QUIMACOVA
Artículo de opinión del Vocal, JAIME AGRAMUNT FONT DE MORA, "RETOS DE LA EMPRESA VALENCIANA".

La empresa valenciana es referente en sectores tan variados como la cerámica, el textil, el químico, la agroalimentación, el turismo o la automoción , pero se enfrenta en la actualidad a un escenario con importantes retos, que suponen desafíos cruciales para el tejido empresarial de la región.

En primer lugar, quiero destacar el tamaño de las empresas. En la Comunidad, como en España, la estructura empresarial está formada mayoritariamente por micro, pequeñas y medianas empresas, que tienen más problemas para hacer frente a los desafíos actuales. Esta atomización, unida al carácter poco reivindicativo e individualista de los valencianos y al bajo nivel de asociacionismo, constituye un tejido empresarial poco estructurado y en peor situación para acometer las acciones necesarias en internacionalización, inversión, innovación, digitalización, sostenibilidad, etc.

Pero además de estos retos estructurales, que son enormes y darían para mucho más que este artículo, quiero centrarme en tres aspectos concretos que considero igualmente determinantes.

 

Infraestructuras

Contamos con un elemento dinamizador de primer nivel, como es el Puerto de Valencia-Sagunto, principal puerto del Mediterráneo y ubicado en las rutas marítimas transoceánicas que canalizan el comercio mundial. Pero eso no es un regalo, hay que ganárselo día a día y ese es un mercado de altísima competencia global. Es imprescindible agilizar las obras de la terminal norte, para que pueda empezar a dar servicio a una infraestructura al borde de la saturación.

Una vez hemos llegado al puerto, necesitamos sacar las mercancías y distribuirlas por todo el territorio. Aquí entran en juego las carreteras y los ferrocarriles. ¿Y qué nos encontramos?  Una sola salida-entrada del puerto (sur) totalmente saturada y pocas esperanzas de ver el acceso norte en marcha. Esta única vía contribuye, además, a colapsar un by-pass que ya se reconoció como insuficiente el mismo día de su inauguración… ¡hace 35 años! Ese es otro cuello de botella que requiere una actuación urgente. Y qué decir de las vías que dan acceso a las comarcas del interior, o de la imperiosa necesidad del tercer carril en la AP-7.

Si hablamos del ferrocarril la situación no es mejor, el Corredor Mediterráneo lleva un retraso difícil de justificar. El estudio para el desdoblamiento de la vía entre Castellón y Tarragona se adjudicó en enero de 2010, hace más de 15 años. El Ministerio de Transportes trabaja con el horizonte de 2027. Esperemos que esta vez se cumpla. No obstante, ya hay voces cualificadas que estiman que habría de desdoblar la plataforma entre Valencia y Tarragona, separando los tráficos de mercancías y pasajeros. En peores circunstancias se encuentra el eje Cantábrico-Mediterráneo. El Ministerio habla de 2030, pero dado el estado actual, no parece factible. El trazado actual es del siglo XIX, las obras a realizar son muy importantes y se encuentran en fase de “estudio informativo” o en “proyecto”. Otra gran asignatura pendiente, que permitiría unir la Comunidad Valenciana con el Cantábrico y sus puertos. Veremos.

Para terminar, no podemos olvidar las zonas de actividades logísticas, la de Nazaret parece que ya comienza a moverse, pero hay enormes carencias en suelo industrial para este tipo de actividades y la demanda se está incrementando de forma notable.

 

Marco regulatorio y burocracia

Hay una frase que resume muy bien la situación actual: “Estados Unidos innova, China produce y Europa regula.”

Y es cierto: la carga normativa no ha dejado de aumentar en los últimos años.

Lejos de simplificarse, va en aumento y supone una carga administrativa excesiva que afecta especialmente a las empresas pequeñas, que disponen de menos recursos y, en muchos casos, se ven obligadas a subcontratar estas labores, con la consiguiente dificultad para asumir los costes.

Por otro lado —y quizá más dañino—, están los cambios frecuentes en la legislación fiscal, laboral o medioambiental, que generan incertidumbre y un incremento considerable de costes.

Finalmente, la acumulación de normativas locales, autonómicas, estatales y europeas —que en muchos casos no están coordinadas— acaba redundando siempre en mayores costes para las empresas.

El Banco de España, en su último informe anual, señala la relación que existe entre el incremento del volumen de regulación y la caída de la actividad y el empleo, especialmente en las empresas más pequeñas.

 

Formación y capital humano

Estamos asistiendo a una creciente dificultad para cubrir las necesidades de personal cualificado en la industria. La generación del baby boom está llegando a la edad de jubilación y el relevo generacional se encuentra con muchos obstáculos.

Por una parte, falta una formación adecuada a las necesidades de las empresas, lo que provoca un desajuste entre ofertantes y demandantes de empleo. Se está actuando por la vía de la formación profesional dual, que a pesar de ser una formula joven, está dando buenos resultados y tiene un futuro prometedor. En cualquier caso, requiere del apoyo de la Administración (ciclos formativos) y de las asociaciones y empresas (empleo).

Por otro lado, es necesario evolucionar las condiciones laborales, para hacerlas más atractivas a los posibles candidatos. Hay que revisar las propuestas de valor de las empresas hacia el aspirante. No se trata solo de salario, hay otro tipo de beneficios y que las oportunidades de crecimiento sean reales, con posibilidad de promoción interna, así como la flexibilidad laboral y la conciliación.

En conclusión, los retos a los que se enfrenta la empresa en la Comunidad Valenciana son grandes y muy variados, solo enumerarlos excedería la extensión de este texto. Me he centrado solo en tres de ellos, pero que creo tienen una enorme relevancia y que requieren de la colaboración de todos para abordarlos: administraciones, asociaciones y empresarios. Nos jugamos nuestro futuro.