Las ceras son ésteres de los ácidos grasos con alcoholes de peso molecular elevado, es decir, son moléculas que se obtienen por esterificación de un ácido graso con un alcohol monovalente lineal de cadena larga. Son sustancias sólidas a temperatura ambiente que poseen sus dos extremos hidrófobos, lo que determina su función de impermeabilizar y proteger.

Tradicionalmente las ceras se han utilizado para hacer velas y encerar maderas, papel, telas y cuero, como conservante e impermeabilizante. En cosmética también es frecuente utilizarlas como depilatorio, ya que el vello se adhiere a ella y es más fácil de retirar. Hasta en la pintura, son muchos los pintores que utilizaron mezclas de cera y miel en sus óleos, desde la antigüedad hasta la edad moderna.

De forma natural, tendríamos ceras de origen animal, una de las ceras más conocidas es la que obtenemos de los panales de las abejas, una sustancia grasa segregada por glándulas cereras de las abejas obreras jóvenes que su derretimiento se puede realizar en agua caliente o bien con vapor de agua, o de origen vegetal como la cera de la hoja de la palma de la carnauba que es la cera vegetal más importante tanto desde el punto de vista económico como por sus aplicaciones.

De origen sintético, se puede obtener cera a partir de hidrocarburos en las refinerías, mediante procesos petroquímicos.

Una de las ceras sintéticas más conocidas es la parafina, una sustancia que sale de un compuesto que viene a su vez del petróleo y del carbón. Es sólida a temperatura ambiente, de color blanco semitransparente e inolora. Se puede presentar en forma de planchas, perlas o gel y su temperatura de fusión de oscila entre los 50º y los 80ºC. Así, Cuanto más alto es el punto de fusión de una parafina, mayor es su opacidad, dureza y estabilidad.

Se emplea en la fabricación de velas, barnices, ceras… ya que su uso es muy sencillo, pudiendo teñirla con diversos colorantes y añadir esencias aromáticas para personalizar nuestros productos. 

Las ceras, por su respuesta térmica, tienen las siguientes propiedades:

• Protección: debido a su carácter altamente hidrófobo, repelen el agua, y a nivel orgánico recubren ciertos tejidos dándoles consistencia y protección frente a la acción externa, como lubricantes o impermeabilizantes en piel, pelo, incluso en hojas y frutos de plantas.

• Estructural: las ceras frecuentemente se encuentran formando cubiertas protectoras e impermeabilizantes, normalmente recubriendo las partes aéreas de las hojas, flores o frutos para repeler los parásitos y ayudar a conservar el agua del vegetal.

Una de las innovaciones que se está estudiando en este sector es la generación de ceras sintéticas a través de biomasa y residuos para realizar ceras más sostenibles.